Mostrando entradas con la etiqueta detalles. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta detalles. Mostrar todas las entradas

Eclipse


Esta noche los búhos duermen, mientras las ardillas salen a devorar todo a su paso, los gatos aullan como lobos hambrientos y los perros se esconden temerosos.

Hace un frío que congela la sangre, pero hay gente bailando desnuda alrededor de una fogata, cantando, con sus cabelleras bailando en el viento y su piel erizada.

Hay un frenesí que se puede percibir con sólo salir a la calle, las plantas se mueven velozmente, el viento no arrasa pero suena estrepitosamente.

La luna se tornó roja, como los labios de los amantes desenfrenados, como el fuego vibrante que baila entre la madera. Por un instante un torbellino de desenfreno se desató, y al segundo siguiente... volvió la calma.

Mientras la gente dormía, el mundo tuvo un destello de locura.

Tentación



Ahí está, tirado en mi cama,
deshaciéndose en mis sábanas,
bañándolas con el chocolate de su piel,
invitándome a probarlo.


Yace quieto, desnudo,
tentándome a lanzármele encima
y succionar lentamente
el jarabe de sus venas,
morder sus suaves labios,
jugar con ellos, saborearlos.

Yo sigo aún de pie
al lado de la cama,
sólo lo observo con ansia,
con hambre implacable de probarlo.

Alza su rostro
y sus ojos de almendra me miran,
sus labios son tan rojos
que juraría que son un par de cerezas maduras.

- ¿No vas a venir?

Al concluir la frase...
mi ropa ya estaba en el suelo.
Empecé a degustarlo, a probarlo,
a morderlo, a comerlo,
hasta el acabármelo...

Desaparición

Esta vez ya no tenía llaves para cerrar la casa. Los dos juegos de llaves de repuesto también habían desaparecido, y no me explicaba cómo. Es cierto, soy descuidada, pero tres pares de llaves ya es demasiado.

Ahora o dejaba la puerta sin llave y entreabierta para ir a trabajar, o llegaba un poco tarde y hacía desastres en mi casa para buscar las... llaves.

Comencé por la sala, saqué todo lo que había en las rendijas de los sillones: Dos botones, 300 colones y un puñito de cabello rubio. ¿Cabello rubio? Soy pelirroja, ¿porqué habría un puñado de cabello rubio en mi sillón?

Continué buscando, miré bajo los sillones, en las mesas, el estante de libros, detrás de televisor... me escurría por el suelo rebuscando en cada rincón y no habían señas de las llaves.

Seguí con mi cuarto, y no tuve mejor suerte... pero bajo la cama había un par de rubios cabellos, lo cuál me intrigaba aún más.

Me fijé en mi armario, y detrás de una pila de cajas de zapatos vacías había un pequeño espacio. Caminé para mirar detrás y sólo divisé una bola de pelo rubia, casi parecía dorada, un poco resplandeciente. Extendí mi mano para tomarla, cuando mis dedos rozaron el cabello éste se erizó, como cuando la piel es expuesta al aire frío de repente. Inmediatamente solté aquella cosa, y me alejé un momento; La bola de pelo giró haciendo aparecer sus dos grandes ojos y su pequeña boca azul.

Parecía un peluche, algún animalito de los que se guindan en el espejo retrovisor del auto, pero mucho más realista, se movía y escondía sus extremidades bajo el tumulto de pelo.

Abrí lentamente una de las cajas de zapatos supuestamente vacías y empecé a reconocer los objetos que había en ellas: mis viejos lentes para leer, que creí perder el mes pasado, el par de mi arete de perlas, la sandalia que me iba a poner el fin de semana, y las llaves, muchas llaves...

Ahora cada vez que pierdo las llaves sólo voy al armario a saludar a mi nuevo inquilino...

Vaciar el alma


Gota a gota se llena el vaso, rebosante en la pila amenaza con derramarse la turbia agua. El líquido es marrón en lugar de transparente, lleno de barro, putrefacto, lleno de lágrimas, palabras no dichas, secretos banales, y decepción... mucha decepción.

Miro el recipiente, quiero vaciarlo, volcarlo, sacarle la podredumbre, lavarlo y dejarlo reluciente, vacío para que se pueda llenar con agua limpia y calma, que pueda beber con tranquilidad, sin tener que estarme atragantando e intoxicando cada vez que la pruebe.

Sin embargo no es tan fácil sacar tanta basura de la mente y el corazón, y es más fácil que el vaso se desborde a vaciarlo...

PD: Voy unos días de paseo para Nicaragua así que me voy a ausentar unos días... besitos

¿Primeros días?


Por aquí se cree que lo que se hace en los primeros 12 días del año representa lo que se hará en los próximos 12 meses.


Por eso salgan, quieran mucho, diviértanse, lean, vean teatro, danza, oigan música, amen y hagan el amor, sonrían, jueguen como niños, bailen, canten, duerman, lloren, rían a carcajadas, llamen y vean a sus amigos y familiares, sueñen, y vivan con pasión cada día... y así será el resto de su año.

Pd: Dénse prisa porque sólo quedan 8 días...

Libre

¿Cuántas corazas tienes sobre el pecho?
¿Alguna vez te las has quitado todas para liberar tu alma un ratito?...

Le preguntaba la alondra a su amado tortugo, mientras picoteaba su caparazón suavemente para no atravezar su corazón, pero consistentemente para cumplir con la petición de su amor:

Libera mi corazón,
de las ataduras de mi cuerpo.
Descúbreme como nunca
nadie lo ha hecho.

Un último picotazo le arrancó el caparazón, dejando al descubierto un par de hermosas alas, que vivieron enrolladas en su cuerpo a escondidas.


Y el tortugo sintió por primera vez el aire en su pecho, que revoloteaba al compás del canto de su amada golondrina...

Dejé atrás...

Hoy cierro una gran etapa en mi vida, lo cuál implica que ingresaré a una nueva...

Amistades de cuatro años van quedando atrás,
no porque no nos volvamos a ver,
sino porque los lazos creados no son tan fuertes
como para que nos sigamos viendo con frecuencia.

Me toparé a mis excompañeros por la calle
o en algún trabajo,
diremos hola, nos daremos un beso
y quizá nos preguntemos que tal nos ha ido en la vida...
luego seguiremos nuestro rumbo habitual.

Las historias compartidas quedarán como anégdotas
que contaremos cuando nos reunamos por casualidad.
Los secretos compartidos, podrían ser revelados
pues con los años dejan de ser importantes
y no nos preocuparía que los otros los supieran.

En diez años veremos si todos seguimos en el camino del teatro,
o si por azares del destino ninguno continuó.

Costa Rica es tan pequeña, y el medio teatral tan ínfimo
que definitivamente me los volveré a topar,
cuando menos a la mayoría,
pero ya nada será igual que en nuestra época de universitarios,
de vernos todos los días durante 4 años,
de crecer y madurar juntos, crear familias, tener parejas,
ensayar madrugadas, construír escenas y personajes juntos.

La vida cambia... yo cambio.
Hoy se cerró esta etapa, pero el 2010 me trae una nueva.

Desenmarañando frases


Las palabras ahora son más que sólo eso... palabras.



No cualquiera me endulza el oído y me hace creer todas sus mentiras.
he aprendido a distinguir cuando se dicen verdades a medias
o simplemente frases lindas, sacadas de cualquier canción,
pero que realmente vienen vacías.

"Eres lo mejor que me ha pasado en la vida"
¿Realmente lo crees así?
¿O, es sólo una frase para hacerme sentir especial?
¿O para acostarte conmigo?

Cuestiono las "habladas" que me dicen,
indago hasta que me digan lo que realmente sienten,
no lo que "X" o "Y" artista dice en su canción o poema,
y que no refleja realmente lo que, quien me habla, piensa.

Estoy más atenta y alerta a las acciones no verbales,
porque es más difícil que ellas mientan...
las palabras aguantan todo lo que la voz y la mente
quieran y puedan decir.

Después de un par de destrozos de mi corazón contra el suelo
camino con más cuidado, con más calma...

Costa Rica

Me encanta levantarme a desayunar gallo pinto, chorreadas o un gallo de picadillo de papa.
Almorzarme un buen casado, o comerme un chifrijo con una birra (cerveza).
Tomarme un fresco de limón (porque no me gusta el café...) en la tarde, con algún pan casero de mi abuela, o un bizcocho.
Y cenarme un ceviche...

Amo ir a bailar salsa o bolero en alguno de los salones de San José,
ir a ver obras en el Teatro Nacional o conciertos en el Melico Salazar.

Me divierto descubriendo nuevos lugares,
visitando playas (mar Caribe en el atlántico, y el océano pacífico), montañas,
volcanes (5 activos), parques nacionales... encontrando animales en cada zona verde, y árboles casi en cada esquina (no tantos en la capital...)
En fin tantas bellezas, que agradezco haber nacido aquí,
en éste país que tanto quiero... a pesar de todos sus defectos.

Me encanta ser latina, "tica"... con raíces indígenas,
en una tierra de músicas alegres y gente de tantos tonos de piel como tonos de la tierra...
Costa Rica es un país "chiquitico", y no será el mejor país... pero es en el que nací, en el que vivo y al que aprendí a querer.

Interminable espera...

Me senté en medio del gran sillón rojo, vacío... a esperar mi turno. Llegué un poco temprano, así que tenía que aguardar a que fuesen las 2:30 p.m.

Tantas cosas pasaban por mi cabeza: Hoy se decide mi futuro, los próximos dos años de mi vida universitaria, y mi profesión. ¿Qué me preguntarán? ¿Que tal me veo? ¿Hablo seria o natural?

No te pongas nerviosa Nayuribe, seguridad ante todo. Una actitud segura puede ser tu boleto de entrada al post grado. Me repetía esto para darme valor.

Viene la directora, me sonríe, me saluda dándome un beso en la mejilla y me dice que me tranquilice. Me da algo de valor.

Sigo a la espera de que me llamen a la cita...

Sale una entrevistada, así que se acerca mi turno... Me pongo más nerviosa, hasta me cuesta escribir esto. ¿Me llaman ya? No, la secretaria pasa de largo. Que angustiosa espera. Quiero pasar ya...

Un mes después de la entrevista...


Me admitieron en la Maestría, empiezo el otro año :)

Encerrados


Los seres humanos vivimos buscando refugio, normalmente estamos bajo techo, encerrados en la casa, en el carro, el bus, las aulas de clases... todo se hace entre cuatro paredes. Los únicos momentos en los que salimos a la intemperie son en los que nos trasladamos de un sitio cerrado a otro.

Estar al aire libre es una eventualidad... los parques son pequeños espacios que se reservaron, dentro de nuestro gran desierto de cemento, para tener un respiro, un contacto con la poca naturaleza que nos rodea en la ciudad, para que no se nos olvide como era el mundo antes de la "civilización".

Para rodearnos por completo de naturaleza, y no ver rastros de la creación humana, hay que recorrer distancias muy largas, en ocasiones hasta hay que pagar por entrar, porque son zonas protegidas o privadas. Para ver gran cantidad de mamíferos juntos (que no sean seres humanos) hay que ir a un zoológico, o un criadero... o tener demasiada suerte y encontrar muchos animales sueltos en su hábitat natural.

Ahora la naturaleza es "exótica" y pagamos por ir a hoteles que están cerca suya, porque hay pocas alternativas para verla en todo su esplendor.

Y saber, que en un inicio todo era verde, azul y café, con puntos multicolores (flora y fauna) que realzaban la belleza del mundo...

Contratiempos

Corría cual caballero en su caballo,
a conocer a la cautiva de su corazón.

Los taxis tardaban tanto, todos tomados.
Tanta turba tomaba taxis al tiempo
en que él trataba de tomarlo.

Recordó su dinero,
resguardado en su departamento.
Revolcó drásticamente su ropa,
rebuscando detalladamente rastros de dinero...
sin resutados.



Corrió a su casa a coger su cartera,
y cuando colocó su calzado en la calle
comenzó a caer un chaparrón.

Seguidamente subió a sacar su sombrilla,
sondeándola en la sala.

Cogió el taxi
tratando de calmarse
tras tantos contratiempos.

Llegó loco,
lleno de lozanía.

Su corazón brincaba al conocer a la bella
cautiva de su blando corazón:
Su BEBÉ.

Recuerdos

He empezado a comprender que las viejas historias, los amores del pasado, los deslices, las pasiones... no se pueden olvidar, sólo hay que aprender a vivir con ellas.

Los recuerdos no desaparecen, siempre volverán cuando menos los esperamos, pero hay que comprender que son sólo eso: Recuerdos. Necesitamos dejar de anhelarlos, de querer volver a vivirlos, para poder seguir hacia adelante con nuestras vidas sin que se entrometan y nos atormenten.


Así que los míos los guardaré en mi cajita de recuerdos, ahí se irán acumulando. Los leeré o veré alguna vez, pero volverán a su caja, sin más, sin que mis nuevas historias se vean perjudicadas por algunas pasadas.

Sin riesgos

En la banca del parque central lo esperaba ansiosamente, mientras el atardecer se asomaba por las columnas del kiosco en el que se habían encontrado por primera vez.

Los minutos largos hacían que volara su mente, y mil ideas irrumpían cada minuto que pasaba. ¿Iba a llegar?

Miraba la calle, cada taxi que pasaba y no se detenía era una esperanza que moría. Llegaba un bus, se bajaban los pasajeros... ¿Y él? Ni rastros, ni un atisbo de aquella melena alborotada que la cautivó, de sus ojos grandes y su sonrisa tierna.

El sol ya estaba regalándole sus últimos rayos a la capital, mientras ella ahogaba su sonrisa al ver el reloj. ¿Para qué se mostró interesado sino vendría?

Se levantó de la banca, y el sol desapareció por completo. La margarita que andaba en el cabello cayó al suelo, y al igual que el recuerdo de él se quedó en el olvido, en la oscuridad del rincón que había bajo la banca.


Él la vio marcharse, la estaba observando desde hace más de media hora, pero no se había atrevido a hablarle. Tenía miedo, temor de enamorarse otra vez, de ilusionarse mucho y no ser correspondido, de estrellarse contra un muro y no poder levantarse de nuevo.

Así que se quedó sentado en la banca, mirando la margarita, viviendo sin riesgos para no lastimar su corazón. Preguntándose ¿Qué hubiera pasado si la hubiese detenido?

Complementos

Yo: el color,
tú: blanco y negro...
Entremezclándonos,
encontrando nuevos tonos
y matices.


Yo: el sabor tropical,
tú: amplia gama musical...
fusión de ritmos
anglo y latino
nuevos sones
nos hacen vibrar.

Tú: saco y corbata,
yo: bohemia...
te despeino y te aloco
me pones tacones
un día que otro.


Tú: montaña y frío,
yo: cálida playa,
me pones a temblar
y te caliento
un vaivén de temperaturas.


Muy distintos,
más no opuestos,
complemento perfecto.

Asombro

Mar vivo,
fragancia a sal
a vida y a muerte,
lucha constante por subsistir.


No hueles a fiesta
y a bronceado,
tu hueles a profundidad
a murmullos, supervivencia,
peligro y pacificidad.

Respeto tu inmensidad
y me siento pequeña
e indefensa
ante tu presencia,
tu fuerza.


Cálido me sonríes
al atardecer,
mientras tu fauna
revolotea dentro de tu vientre.

PD: Más en el primer comentario.

Decepciones

Éste post no se dirige a las grandes decepciones que nos pasan en la vida: Cuando alguien te defrauda, cuando no consigues una meta, cuando un trabajo o una carrera no eran lo que esperabas, etc. Esta entrada se enfoca en aquellas pequeñas decepciones cotidianas, que nos suceden prácticamente a diario, y que van haciendo que nuestro día sea más difícil de llevar.

Por ejemplo ir caminando hacia la parada del bus y que éste esté ahí parqueado, y justo cuando vas a llegar a él arranca y se va.

O cuando hacemos fila para comprar algo de comer, y precisamente una persona delante de ti se acaban las empanadas de queso que querías comerte, y tienes que pedir un sandwich (que no querías comerte, pero ni modo, porque tienes hambre).

También cuando haces fila para hacer algún trámite durante media hora, y cuando vas a llegar anuncian que van a cerrar porque es hora de almuerzo.

O cuando llegas a la universidad o al trabajo a entregar un documento en el que trabajaste en la noche, y te das cuenta de que no lo trajiste y tienes que devolverte hasta tu casa a traerlo.

Uno muy típico es cuando vas a salir, ojalá de prisa, y apenas pones un pie fuera de tu casa empieza a llover increíblemente fuerte y con viento.



¿Qué decepciones cotidianas han tenido últimamente?

Adueñarse

Una vez más se abría el telón, y decenas de sonrientes caras se asomaban frente al pequeño escenario.

Él, vestido de Arlequín iniciaba la función, sonriendo forzosamente, bailando sin ánimos... pero con aparente energía.

Los niños reían, habían aplausos y juegos, pero él quería huir, salir de ahí... y no podía. El hombre no lo dejaba moverse sin su permiso: lo halaba hacia un lado y hacia el otro, lo ponía a brincar, a girar, hasta a cantar...

Ya estaba cansado, sentía que no tenía derechos sobre sí mismo, que no conocería el mundo que deseaba... fuera de los escenarios y el armario de todos los días.

Esa noche, cuando lo colgaron dentro del armario junto con los demás, uno de los hilos atados a su mano se rompió, y por primera vez pudo moverse por sí mismo. Lo hizo lentamente y en total silencio, para que el hombre no se diera cuenta.


Desató algunos de sus hilos, pero otros los dejó amarrados. Cuando el hombre lo sacó del armario en la mañana y lo puso en la silla mientras comenzaba la función, él terminó de desatarse los hilos y corrió, sin saber hacia donde, sólo corrió... ya no estaba encerrado, ni obligado a trabajar.

Mientras corría se abrió un telón, y él se detuvo... estaba en el escenario. El público se asombró al ver una marioneta moverse sin hilos, y comenzó a aplaudirle eufórico... Ese día fue el mejor de su vida, pues dio función sin estar atado al hombre, lo hizo porque quiso divertir al público.

A bailar!!

Contoneo las caderas,
adelante atrás...
muevo al son los pies
y hago giros de 3 en 3.

Deliciosa salsa,
sensualidad en la pista
conexión de miradas,
ritmo y pisadas.


Velozmente la cintura
se menea de un lado al otro.
Un merengue rapidito
que me hace sudar el cuerpecito.


Bailando juntitos,
sintiéndonos... percibiéndonos.
Un suave bolero
con pasitos marcados,
y muy abrazados.


Mi cuerpo saborea la música
y la disfruta bailando,
conectándose con otro
viviendo cada melodía.

Descálzate la vida

No intentes usar los zapatos de alguien más,
no están amoldados a tus pies y pueden quedarte grandes o ajustados...
y definitivamente te van a lastimar.



Siempre sé tú mismo,
desde un principio,
sin máscaras ni zapatos ajenos...



porque la incomodidad se tornará en dolor,
y terminará deformándote el alma para calzar en zapatos que no son tuyos.