Nuevos aires


Se rompe la rutina,
y despliego mis alas al sol
a la suave brisa
que ventila mis plumas
que permanecieron mucho tiempo
cerradas, escondidas.

Volaré libre,
sin horarios ni deberes
sólo ir a donde me lleve
el viento...

Llegan las vacaciones, cuando llegue el viernes seré una mujer feliz, con tres largas semanas de paseos, fiestas y dormir... dormir y dormir.

Desaferrándome

Había una vez una rama, que se aferró a una pared porque pensaba que quería pasar el resto de su vida unida a ella.



Se fue adhiriendo cada vez más a la superficie, y cuando pensó que jamás se iban a soltar vino una tormenta que empezó a arrancarla de la pared, y por más que la rama lo deseaba, no lograba mantenerse unida a ella.

Por su parte la pared no hacía nada para impedir la separación, hasta que llegó lo inevitable... la rama se arrancó dolorosamente de la pared... no sin antes dejar huella en ambas partes.

Presagios

Hoy una caracola me gritó al oído
que ella es el único vestigio sobreviviente del mar,
mientras una cucaracha pisotea escombros
de lo que antes fuera una ciudad.

Una hoja seca se jacta de ser
todo el verde que queda sobre el asfalto,
mientras una pluma se pavonea
segura de ser lo único que sigue volando.

El aire pesado llora
con lágrimas ácidas
mientras mi piel va cayendo
por el suelo y sus grietas.
Presagios no muy distantes
se divisan en el alba,
mientras todos seguimos viviendo
con tanta calma...

Decisiones

Un hombre, cansado de trabajar y ver que no le alcanzaba el dinero para mantener a sus 12 hijos y su esposa decide marcharse a buscar mejor suerte a otro pueblo, muy distante del suyo.

Se llevó a toda su familia a trabajar en una finca enorme, de un conocido. Para su sorpresa el dueño de la propiedad le ofreció venderle el terreno que estaba trabajando el hombre con sus hijos, el cuál era enorme para él, y pensó que jamás podría pagarlo así que decidido a rechazar la oferta.

Antes de que aquel hombre hablara con el propietario de la finca, sus hijos lo interceptaron para convencerlo de que comprara el terreno, y que todos iban a trabajar sin goce de salario para pagarlo. Ellos le exponían que todos eran una familia, y que como tal saldrían adelante, y pagarían la finca.

El hombre aceptó, y de ese terreno viven sus hijos en la actualidad.

Esta es la historia de mi abuelo, mis tíos y mi madre. Y quise contarla porque en éste momento esa clase de apoyo y de incitación a tomar decisiones es algo vital en mi vida. Que mi familia pueda ayudarme y decirme: Entre a la maestría, usted es capaz de sacarla, o simplemente que vayan a ver mis exámenes de actuación, diciendo implícitamente que apoyan que haya elegido esta carrera, es muy importante para mí, y se los agradezco infinitamente.

Autómatas

Despierta, se baña, come, sale.
Trabaja, trabaja, trabaja...

-¿En qué le puedo servir señora?

-¿Qué necesita señor?

-Ese vestido le queda muy bien.

-Esa corbata le queda muy bien.

-Ese pantalón le queda muy bien.

Muy bien, muy bien... una y otra vez, muy bien.
Llega a la casa, come y duerme.
Despierta, se baña, come, sale.
Trabaja, trabaja, trabaja...

Una y otra vez, rutina...

como máquinas.

Posibilidades

Cuando el camino se cierra en tu cara, y parece que no hay donde ir, todavía se puede volar...


Un puñado de mariposas amarillas
me revuelcan por el cielo,
llevándome a la cima de la colina.

Infinidad de caminos
se divisan desde ahí...
¿De donde salieron tantos?

Voy a quedarme un rato más
contemplando desde aquí,
no debo escoger ya...
puedo simplemente disfrutar
el momento.

Aviso

Mujer soltera, 20 años, estudiante universitaria.
Alegre, le encanta bailar y escribir.

Busca hombre... mmm... no, en realidad no busca hombre, no busca nada.

Ignoren éste aviso, ella está bien así, Soltera y sin compromisos.

Predicciones


Era una mujer un poco torpe, siempre botaba un poco de su bebida en la mesa, y lo limpiaba en seguida... siempre de derecha a izquierda, todo debía hacerse de derecha a izquierda, de abajo hacia arriba, todo: acostarse por el lado derecho de la cama, barrer la casa empezando por la derecha y por el cuarto más recóndito de la casa, se quitaba el maquillaje empezando por el lado derecho de la barbilla y terminando por el izquierdo de la frente.

Era un poco... muy... demasiado obsesiva y supersticiosa. Diariamente leía el horóscopo a las 6: 02 a.m. Visitaba a Andelle, su vidente, todos los domingos a las 4:45 p.m. para saber que le deparaba el destino. Le leían el tarot y las palmas de las manos. Intentaba seguir al pie de la letra lo que Andelle le decía, y seguía confiando en ella, pues todo se le cumplía.
Ese día no fue distinto a los demás, ella se levantó por el lado derecho, desayunó dos huevos, una tajada de pan, media taza de café y una barra de granola. Mientras comía tomó el periódico, y leyó el horóscopo, igual que todas las mañanas. Pero el mensaje de hoy era distinto al de los demás días.

Terminó de alistarse muy pensativa, lentamente salió de su casa, caminaba por las calles sin mirar a nadie, como ausente, con la vista perdida en la multitud. Ni siquiera se dio cuenta del golpe del camión. Como todos los días, las predicciones se cumplieron... "Hoy pasaría una tragedia que le cambiaría la vida", o se la quitaría...