Hoy no voy a hablar de ti,
ni de nosotros,
ni de lo que siento...
porque si lo hago
saldrían cientos de aguijones
que dolerían por mucho tiempo.
Y se que mañana ya no querré que duelan,
que ardan mis punzadas.
Hoy me callaré hasta escucharte,
hasta saber que impulsó este largo silencio.
Esperaré un poco más,
antes de desbordarme
y gritar lo que pienso.
En la fuente de agua limpia,
vivo reflejo de nuestros anhelos,
cae una gota obscura
que se esparce como el fuego.