Sin salida


Su sombría y siniestra sonrisa
sutilmente se asoma 
por las persianas plásticas
que preciso por la puerta.

Despacio me deslizo debajo del diván 
desde donde difícilmente me divise.
Intento incesantemente investigar
al individuo me indaga.

El merodeador mira molestamente
mi modesta mansión, con mirada maliciosa,
presiona la puerta para pasar
pero he puesto protección impenetrable.

Siento sonidos sordos
sobre mi sala,
hay alguien aarriba...
Han abierto

Corría con mi corazón contrayéndose en mi cuerpo
cuando cruzó por mi cabeza un cruel crujido,
me estrellé estrepitosamente contra el espejo
y en ese estado entendí... era él.


Noticia de última hora, "el antropófago" acaba de cometer un  nuevo crímen. Al parecer se trata de una mujer que se encontraba en la mansión de la avenida 7, en el centro de la ciudad. Las autoridades no confirman aún de quién se trata.

Foto: Cristina Granados

Espacio abierto


Si no hay palabras en la cabeza... escribir sobra. 

Por eso he decidido abrirles a ustedes este espacio con una pregunta... que cada ves me cuesta más responderme:


¿Qué te apasiona en la vida?

Ocultos

Esa madrugada me acosté a tu lado, como de costumbre, esperé a que te durmieras y a que los espasmos de tu cuerpo cesaran, para asegurarme del grado de profundidad de tus sueños.

Te miré, tan bello, desnudo, inocente... decidí que esa era la noche.

Tomé el frasco de la mesita de noche, dos pastillas y el agua cayeron por mi garganta. El efecto se empezó a notar en seguida. Primero un cosquilleo en todo el cuerpo, luego la piel ya no me quedaba, de repente mis huesos se iban adaptando al nuevo tamaño, mi cabello se encogió, la ropa se transformó en un mar de tela del que tuve que salir, al final quedé tan pequeña como un botón.

Trepé por tu piel desnuda, aferrándome con fuerza para no caer. Caminé por tu pecho, y el latir de tu corazón casi me tira a la cama. Corrí hasta tu garganta y me agarré tu cabello, tan suave, tan negro.


Me introduje por tu boca, bajé y subí, giré y caminé hasta encontrarlos; por primera vez los ví volando libremente, sin el sesgo de tu juicio... hasta esa noche descubrí lo que ocultaban tus pensamientos.