Deshielo

Cuando era pequeña, ella miraba siempre el mar... allá en la lejanía, muy cerquita del horizonte. Vivía y crecía con la arena a sus pies, los cangrejos haciéndole cosquillas,  las hormigas bailando en su cuerpo y el sol tostándole los pensamientos. Cada día venía gente nueva a la playa, y ella escuchaba atenta... historias, sonidos y deseos se mezclaban con las olas distantes.

Poco a poco empezó a notar un cambio en aquel majestuoso océano, que divisaba a diario... las olas se acercaban un poquito más, y otro poquito, y otro más... hasta que un día un escalofrío se coló entre la arena y la hizo despertarse de repente: tenía agua a su alrededor, y ella, sin poder moverse se quedó atónita, sin creer lo que pasaba.

Al principio jugaba con el agua, el ir y venir la hacía reírse hasta que bajaba la marea y el agua se despedía por unas horas. Luego, las olas no se fueron más... siempre estaban golpeándola. El miedo la invadió, ya no podía escapar: los juegos pierden gracia cuando no se pueden controlar.

Una mañana la gran palmera por fin cayó... vulnerable, dejó expuestos todos sus secretos para siempre.


4 Reflejados:

VANESSA dijo...

Tienes un premio en mi blog!
Besoss

Arantza G. dijo...

Qué bonito regresar junto a tus letras. Un goce leerte, siempre.
Besos y feliz de reencontrarte.

♦PªU♦ dijo...

Me gustó mucho como pincelaste el tema que pasa ahora con la naturaleza, que triste :( esperemos que no empeore mucho jejej
Abrazo!!

José A. García dijo...

Y ese era, después de todo, su gran miedo...

Saludos

J.