Respiro...

Entre más lejos estoy,
más me recuerda la luna tu rostro,
el viento tú aroma,
el oleaje del mar tu voz.

Aún así, intenté olvidarte un instante
para disfrutar del calor vigorizante,
del agua salada que lavaba mis miedos
y de la compañía de mis confidentes.

Mientras el sol doraba mi cuerpo,
y una cerveza bien fría me refrescaba por dentro,
deseé que estuvieses ahí, disfrutando conmigo,
y la nostalgia me invadió un momento...

Pero la espanté,
y disfruté lo que espero sea un buen augurio,
de estos días que anhelo me brinden un respiro
para el año que se divisa
a la vuelta de la esquina.