Desaparición

Esta vez ya no tenía llaves para cerrar la casa. Los dos juegos de llaves de repuesto también habían desaparecido, y no me explicaba cómo. Es cierto, soy descuidada, pero tres pares de llaves ya es demasiado.

Ahora o dejaba la puerta sin llave y entreabierta para ir a trabajar, o llegaba un poco tarde y hacía desastres en mi casa para buscar las... llaves.

Comencé por la sala, saqué todo lo que había en las rendijas de los sillones: Dos botones, 300 colones y un puñito de cabello rubio. ¿Cabello rubio? Soy pelirroja, ¿porqué habría un puñado de cabello rubio en mi sillón?

Continué buscando, miré bajo los sillones, en las mesas, el estante de libros, detrás de televisor... me escurría por el suelo rebuscando en cada rincón y no habían señas de las llaves.

Seguí con mi cuarto, y no tuve mejor suerte... pero bajo la cama había un par de rubios cabellos, lo cuál me intrigaba aún más.

Me fijé en mi armario, y detrás de una pila de cajas de zapatos vacías había un pequeño espacio. Caminé para mirar detrás y sólo divisé una bola de pelo rubia, casi parecía dorada, un poco resplandeciente. Extendí mi mano para tomarla, cuando mis dedos rozaron el cabello éste se erizó, como cuando la piel es expuesta al aire frío de repente. Inmediatamente solté aquella cosa, y me alejé un momento; La bola de pelo giró haciendo aparecer sus dos grandes ojos y su pequeña boca azul.

Parecía un peluche, algún animalito de los que se guindan en el espejo retrovisor del auto, pero mucho más realista, se movía y escondía sus extremidades bajo el tumulto de pelo.

Abrí lentamente una de las cajas de zapatos supuestamente vacías y empecé a reconocer los objetos que había en ellas: mis viejos lentes para leer, que creí perder el mes pasado, el par de mi arete de perlas, la sandalia que me iba a poner el fin de semana, y las llaves, muchas llaves...

Ahora cada vez que pierdo las llaves sólo voy al armario a saludar a mi nuevo inquilino...

Dejar atrás


Para que salga la bella mariposa libre
su capullo debe hacerse negro y quedar en el pasado.
Para que nazca el pollito
su cascarón debe romperse.


Si la rosa quiere expeler su delicioso aroma
debe decidir abrirse al entorno,
sin miedo, sin ataduras.


Cuando algo acaba,
hay que dejarlo atrás,
sentir el aire en nuestro rostro
y dejar que el sol vuelva a brillar
en nuestro pedacito de cielo.

Mis locas!

Para no perder la costumbre el almuerzo de hoy se hizo en mi casa... 43 años de ser amigas y siempre venimos a la mía... ya no es la misma casa de hace tantos años, sin embargo sigue siendo la más pequeña, pero también la más calurosa, acojedora y cómoda.

Ya no es mi madre la que cocina, como hace años lo fue, ahora yo les preparo la comida, acomodo la casa, preparo el té y el fresco, pongo las velitas y adorno la mesa frente al televisor.

Llegan en pelota las cinco, como siempre, se ven en el centro y luego se vienen juntas... siguen locas, igual que cuando teníamos 15, y 20, y 30... bueno desde siempre. También siguen viéndose bellas, a pesar de las arrugas, los lentes, las ojeras, la edad en general.

Hablan igual de duro, interrumpiéndose... interrumpiéndonos unas a otras, para ver quién dice algo más interesante y tomarlo como tema de conversación. Parecemos un montón de cotorras, chismeando, comiendo, riéndonos a carcajadas hasta llorar...

Mis amigas, mis amores... tan bellas como siempre, a pesar de nuestras diferencias no perdemos contacto y de vez en cuando volvemos para apapacharnos unas a otras.

Vaciar el alma


Gota a gota se llena el vaso, rebosante en la pila amenaza con derramarse la turbia agua. El líquido es marrón en lugar de transparente, lleno de barro, putrefacto, lleno de lágrimas, palabras no dichas, secretos banales, y decepción... mucha decepción.

Miro el recipiente, quiero vaciarlo, volcarlo, sacarle la podredumbre, lavarlo y dejarlo reluciente, vacío para que se pueda llenar con agua limpia y calma, que pueda beber con tranquilidad, sin tener que estarme atragantando e intoxicando cada vez que la pruebe.

Sin embargo no es tan fácil sacar tanta basura de la mente y el corazón, y es más fácil que el vaso se desborde a vaciarlo...

PD: Voy unos días de paseo para Nicaragua así que me voy a ausentar unos días... besitos